El sector del ecommerce sigue creciendo sin parar. El comercio internacional siempre va a tener un sitio en el mercado, pero el nivel de comodidad que ofrece Amazon ha cambiado las reglas del juego, y no hay forma de que esta nueva tendencia se revierta. Innumerables tiendas de todos los rincones del mundo están luchando por la supremacía del comercio en línea con la firme determinación de derrotar a su competencia y maximizar sus ganancias.
Es realmente complicado este nivel de rivalidad. Además de que hay muchas cosas que pueden ir mal hay que estar alerta en todo momento contra cualquier amenaza para sus operaciones, porque un simple error puede provocar que uno de sus rivales se imponga sobre su marca. Un margen de beneficios puede resultar excesivo, lo que alejará a los posibles compradores. Puede que un logo nuevo acabe siendo totalmente ridiculizado. Una revisión de productos puede estallar en la cara.
Uno de los elementos principales del crecimiento del comercio electrónico es expandirse hacia nuevos territorios, algo que es relativamente práctico porque no se suele necesitar ninguna instalación en la región, pero esto puede suponer un error que es bastante habitual, pero muy subestimado: utilizar malas traducciones. A continuación, se exponen 5 formas en que una mala traducción puede impactar al comercio electrónico. Comencemos
Desde un punto de vista mecánico y en este punto los ingredientes fundamentales del comercio electrónico ya están pulidos. Todo el mundo sabe cómo tiene que ser la apariencia de una página web de una buena tienda, y cómo de rápida tiene que ser la respuesta. Y, lo que, es más, no hay excusa para no alcanzar un estándar de excelencia: un sistema de gestión de contenidos sencillo y basado en plantillas pueden proporcionarle todo lo que puede necesitar una página web de comercio electrónico con un esfuerzo mínimo y por poco dinero.
Es posible que, como consecuencia de lo anterior, no hay que preocuparse en absoluto de la interfaz de usuario, pero estaría cometiendo un error. Otra forma de verlo sería: puede que tenga todos los productos en su sitio, pero si no están etiquetados de forma correcta, la clientela no sabrá qué es lo que están escogiendo. Puede que sea muy difícil saber cuáles son las distintas secciones si su sistema de navegación no está bien traducido, y esta dificultad puede llevar a la frustración, o incluso al enfado, pero el interés de la clientela quedará dañado.
Es muy sencillo equivocarse con los textos más complejos, como las ofertas y las descripciones de los productos, pero la traducción de los precios no es tan complicada (pueden convertirse fácilmente al valor de las monedas adecuadas). Piense en las distintas maneras en que se puede reproducir el mensaje de la oferta «buy one and get one free». Si un visitante no puede entender una oferta no va a llegarle el mensaje.
Las descripciones son fundamentales para explicar qué es lo que abarca el producto y qué les hace tan interesantes.
Una descripción del producto puede dejar al lector dudando sobre qué es lo que estaría recibiendo en realidad si al final se decidiera a comprarlo si las imágenes no son suficientemente claras. En el caso de productos tecnológicos esto es especialmente peligroso.
La presentación de una página web es importante, y dado lo mucho que influye sobre el rendimiento de una página de la página web todavía es más importante en el comercio electrónico. El texto también se puede formatear para que represente un elemento visual concreto, como un envase de fondo o un panel, y no solo distribuir el texto en unas cantidades determinadas para asegurarse una apariencia limpia (por ejemplo, en párrafos de tres líneas).
Puede que estos formatos no se respeten en una mala traducción de su contenido. Puede que su apariencia no sea la adecuada para el diseño de su página web, aunque el texto obtenido fuera coherente. La traducción para el comercio electrónico tiene que estar optimizada tanto en su semántica como en su estructura, en circunstancias ideales.
Los asuntos que hemos mencionado hasta ahora son buenas razones de por sí, pero hay un problema mayor consecuencia de todo lo anterior: el deterioro de la reputación de su marca. Una mala traducción desvirtuará la sensación de profesionalidad que trata de mostrar a sus posibles clientes de que sabe gestionar su empresa de la manera correcta y que trata de alcanzar los estándares más altos.
Los visitantes que noten la mala traducción de su página web lo van a comentar en las redes sociales ensuciando sus reseñas y rebajando el efecto de cualquier comentario positivo posterior. La conveniencia de trabajar con usted quedará en entredicho cuando estas circunstancias lleguen al conocimiento de otros negocios (posibles asociados). ¿Cómo confiarle otras tareas si está dispuesto a hacer recortes en la calidad de su contenido?
¿Por qué una marca basada en el comercio electrónico debería someter su página web a una mala traducción? La explicación más plausible es un intento exacerbado de ahorrar dinero, aunque también se puede admitir que se deba a que se ignora por completo su importancia. Puede darse la creencia de que no tienen sentido pagar «más dinero de lo necesario» porque una traducción barata no es mucho mejor que una traducción de calidad.
Por desgracia, la excusa de la frugalidad no resiste al menor de los exámenes porque, por todas las razones que ya se han expuesto, si la traducción es mala al final va a ser necesario arreglarla, lo que quiere decir que el dinero invertido en ella, por poco que sea, irá directo a la basura. Lo mejor es asegurarse de que la traducción está bien hecha desde el principio: de forma inmediata será necesario gastar más dinero, pero solucionará el asunto de manera efectiva y podrá pasar a la siguiente tarea.
La calidad de la traducción en el comercio electrónico es de la máxima importancia y hay que tomárselo muy en serio, por mucho que esto pueda parecerles una tontería a algunos empresarios (especialmente a aquellos que aún no han intentado establecerse en el mercado internacional).
No ponga el estándar de calidad de una traducción al nivel que obtendría con Google Translate si se está expandiendo a un nuevo territorio y quiere conectar con hablantes de otros idiomas. Invierta en un servicio de traducción de calidad: no se va a arrepentir.
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